jueves, 15 de julio de 2010

Víbora Julieta es solo rock

Página Demo de El Telégrafo del 05 de julio de 2008



Víbora Julieta comenzó a inventarse en el patio del colegio Bellas Artes de Guayaquil donde coincidieron tres de sus miembros: Carlos Proaño, Daniel Saltos y Gabriel Fandiño. Bruno Carranza -ahora Víbora- también andaba por ahí, pero no se encontró en sus inicios con ellos. En una noche de disparatadas aventuras de los tres primeros, en el dormitorio de Carlos Proaño, la cosa prendió fuerte y se largaron a hacer rock de garaje con sonido propio.
Fueron algunos intentos con varios cantantes que se arrimaron por la banda, los que tuvieron con la intención de dejar definido el cuarteto. Al final, Gabriel Fandiño, imitando lo que hacía Chris Cornell en Soundgarden, decidió cantar, a la vez que tocaba la batería. En esos días nacieron algunos temas que son la base sobre la cual ‘los víboras’ han cimentado su trabajo: “Vagabundo”, “Tocando fondo” y “Alexa”. Fandiño es el autor de sus letras. Así estuvieron un tiempo hasta que apareció Bruno Carranza.
Cuenta la leyenda urbana que Carranza pasó un día por el garaje donde ensayaban los víboras y se enamoró del sonido del grupo. Eso coincidió con que, por motivos religiosos, Daniel Saltos abandonó la banda; y fue entonces que el trío se reinventó con apodos incluidos: Gabriel Fandiño, “Don Gabo Estrella”, en el bajo y los gritos; Carlos Proaño, “El niño del mal”, en la guitarra y la distorsión animal; Bruno “Brutanza” Carranza, en la batería y los golpes... Lo bueno comenzó.
Con esa formación empezaron su recorrido haciendo el camino largo de los grupos sin miedo. Bares y escenarios baratos sin paga, pero con abundante diversión y encuentro directo con el público que identificó inmediatamente su sonido de pelea y los adoptó como uno de sus favoritos. Esta banda de rock indie ecuatoriano, de músicos callejeros, gozadores de la farra, originarios del puerto Guayaquil, al que llaman “Kill City”, como ellos dicen, tiene presencia y fanáticos.
El estilo musical que propone está basado en la emulación de las grabaciones del rock setentero fusionado con el ‘grunge’ de los 90. La técnica de grabación es de “live performance”, es decir, una captura directa del audio tocando todos los integrantes al mismo tiempo, sin ediciones, consiguiendo texturas de reverberancia real. Rock pesado, sucio y de piedra.
Para ellos Víbora Julieta es la mujer amada por excelencia. Ese amor auto destructivo que todo hombre llega a sufrir, una analogía del peligro y romance escondidos en un juego de palabras, una apología al despecho, un amor cargado de letal veneno. La primera referencia hacia el nombre nace de un poema del artista plástico Ilich Castillo, que le escribió a un amor anónimo, en las aulas del Bellas Artes en 1997. El poema se perdió en el abismo del tiempo, pero quedó la banda que no quiere abandonar y ahora incorporó a Ramón Murillo, en el bajo: ¡el cuarteto está completo!

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