miércoles, 14 de julio de 2010

Los Brigante y su furia creativa

Página Demo de El Telegrafo del 12 de abril de 2008

Si se ha tenido la oportunidad de compartir un ensayo con esta banda, la vida puede caer en desgracia. Es sencillo. Encerrados en una habitación, sin las distancias que provoca un escenario, se participa de la furia y de la intensidad que Los Brigante arroja sin contemplaciones sobre el escucha-espectador.
Solo ahí uno se percata de lo complicado que resulta ensamblar una canción, una banda, una historia, una vida musical. Allí se pierde la dimensión de lo ordinario y se cae en una trampa de la que solo se puede emerger con los sentidos alterados. La calma hay que buscarla en otras latitudes. El efecto del trastorno se prende como un hongo que va devorando la objetividad y afecta profundamente.
Esta es una banda guayaquileña, con fuertes influencias del rock de los sesenta, setenta y punk old school. Fue creada por los hermanos Brigante en el 2005, pero ya tenían un buen recorrido con los instrumentos. Desde su aparición se han dedicado a repletar los bares de la zona rosa, donde son bien recibidos por públicos de todas las edades, siempre y cuando amen el rock. También han compartido tarima en Quito, Portoviejo y en distintos festivales organizados en el país.
“Todo lo bueno ya ha sido creado por alguien más”, dice Pablo Brigante. “Sólo nos dedicamos a luchar por mantener vivo el rock y nuestra única meta es que este género siga siendo escuchado por las nuevas generaciones”.
La banda tiene un sonido retro, básico y potente. Sus presentaciones en vivo están llenas de energía e informalidad, que es lo que define generalmente el buen rock. El objetivo principal es convertirse en un producto de exportación, por eso cantan en ingles.
Eso es lo que proponen Pablo (compositor, guitarrista y vocalista) con su intratable rasgueo en la guitarra. Es característico verlo desbordando el escenario con los dientes apretados y las rodillas por el piso, partiéndose el lomo realizando lo que más le gusta.
Aldo Macciavello y su despiadada forma de atacar la batería, pareciera que desea destruirla cada vez que acomete sin miramientos sobre esos tambores que, si pudieran expresarse, seguro dirían “no más por favor”. Baterista de fuerza y coraje. Salvaje. Sin precaución, viajando constantemente por la creación musical con los ojos cerrados y armando desbarajustes para encontrarse en el desbordante universo propuesto.
Toñito Brigante es el amo de los teclados, también es el más querido, el que más desaparece y el que más se extravía en las líneas de las composiciones. En ocasiones abusa de esos viajes acompañados por el efecto psicodélico propio de los setenta
En el bajo participa Federico, hermano de Pablo. Él es el encargado de manejar las pausas, el que se aprende las composiciones. Es el que guía a la banda por el camino adecuado, muestra la calma y reafirma los acordes para que los otros no se extravíen en desbordantes alucinaciones.
Todos los temas del grupo, música y letra, son obra de Pablo Brigante. Su primer disco “Phycholic phorno rock” saldrá al mercado este año junto con el vídeo “American dogs”, en donde plantean su denuncia social muy personal por lo que consideran crímenes de guerra llevados a cabo por el imperialismo dedicado especialmente al actual presidente de Estados Unidos George Walker Bush.
Entre sus composiciones engreídas destacan “She just wants more cocaine”, “American dogs”, “Heartbreaker” y “Mary Jane” en donde muestran las entrañas del mundo que viven. Es música para perder, para no encontrarse, para resistir. Sobretodo es rock sin camuflaje ni ataduras, directo, puro y sin consideración, mostrando la cara contra todos y diciendo siempre presente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario