jueves, 15 de julio de 2010

Pavimento arregla la calle

Demo del 31 de enero de 2009


Lejos están los días cuando el colegio Espíritu Santo de Guayaquil juntó a los futuros integrantes de Pavimento. Una banda que se apoyó en la amistad de las madres de Víctor Díaz y de Julio Paredes y que coronó su formación en las calles de la ciudadela Santa Adriana (norte). Esas calles que hace unos años era pura tierra sin nada de asfalto.
“La primera tocada fue en una terraza y mi mamá estaba en la puerta cobrando la entrada. Era un callejón un chance turro con calles de tierra, solo la nuestra estaba pavimentada; entonces le pusimos a la banda Pavimento”, dice el guitarrista Víctor Díaz.
Desde que el grupo empezó a recorrer las aceras urbanas supo que no habría carretera fácil. Sus integrantes no se engañan; esta música con bases de tres acordes y el toque ligero que deja el punk pop se apoyó en su dosis de dura de pavimento. Es un nombre que suena fuerte y se queda pronto en el cerebro.
En el proceso se han quedado por el camino más de veinte nombres y anhelos que un día parecían cuajar con la idea de la banda. Cierto es que empezaron cantando canciones de otros, entre ellos los argentinos Dos Minutos, pero entendieron pronto que no debían extraviarse entre temas ajenos y ridículas pretensiones de ser lo que no serán jamás, y se entregaron a la ingrata tarea de pisar el pavimento con suelas propias.
El primer demo nunca tuvo nombre, estaba compuesto de cinco canciones y cada integrante cantaba una, se perdió en algún rincón de la historia del grupo. El segundo demo lo hicieron en 2001 y les pasó algo parecido; el dato serio les llegó ese año con el arribo del vocalista y guitarrista Christopher Mejía. En 2003 sacaron otro demo de siete canciones titulado Somos lo que somos que vendieron con gran suceso. Allí quedaron registrados los nombres: No quisiera regresar, Alguien más, Ayer, A donde nos quieren llevar y Creo que te voy a extrañar.
El baterista Julio Paredes es el que crea la base de las canciones y mete la guía a seguir por los demás. “Es un proceso complicado y no nos gusta mucho lo que hacemos de buenas a primeras. No somos conformistas, siempre estamos insistiendo para que las composiciones mejoren”, dice Paredes. Los otros explican que les interesa tener pocos temas, pero bien tocados y grabados.
En 2006 produjeron un disco más serio llamado Volar sin alas que enviaron a Colombia para su reproducción, hicieron 700 copias, algunas de las cuales están en Musicalísimo y en Radical Roots.
Fue el pana Andrés quien hizo de relacionista público y se puso a repartir demos por doquier, uno de esos cayó en las manos de Iván Casanova (69 Segundos) y todo se empezó a despejar.
El año pasado tocaron en el concierto que los mexicanos Panda realizaron en Guayaquil. “Nos sorprendió que la gente cantara nuestras canciones cuando otros eran las estrellas”, dice Díaz.
Estos Pavimento, que alguna vez se llamaron 911, son buenos chicos, como dicen las novias. No quieren reggaetón, proponen su música de apellido propio, apoyados en el punk, rock y hardcore, en temas como Corazón, Alguien más y Venciendo el miedo. “Pavimento todavía no alcanza a despegar”, dice Mejía. “Todavía queda mucho Pavimento por recorrer”.

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