viernes, 16 de julio de 2010

Homenaje a Pancho Jaime

Demo del 19 de febrero de 2010


La organización SomosPogo presenta el Pancho Jaime tour 2010. Un evento que califica como un sincero homenaje a la ‘Mamá del rock’. La Demencia Extrema y 7 de Brillo son las bandas protagonistas de la gira que empezará esta noche en Vayú Bar, Víctor Emilio Estrada entre Guayacanes e Higueras, Urdesa; junto a ellas estarán también Postperversión, The Cassettes y Pavimento.
El precio de las entradas es cinco dólares. El concierto incluirá una presentación audiovisual del material de Pancho Jaime, periodista político, empresario de espectáculos y precursor del rock ecuatoriano, quien nació en 1946 y fue asesinado en Guayaquil en septiembre de 1989.
La gira continuará en Quito, el 27 de febrero, con las bandas invitadas Los Puntas, Mortal Decisión, Perdido en Mí, Richard Barker y Ouranoise. También se extenderá a La Libertad, el 6 de marzo, y a Cuenca, el 13 de marzo. Los organizadores esperan que más ciudades se adhieran a este homenaje, cuya intención es preservar la memoria de un hombre que se convirtió en ícono de la cultura rockera y subterránea del Ecuador.
Para el antropólogo X. Andrade, Víctor Francisco Jaime Orellana (alias Pancho Jaime o PJ), está al principio y al final de una historia que cubre las décadas setenta y ochenta. Una historia donde nunca el rock ha existido en el vacío, y en el caso guayaquileño en particular, estuvo en sus orígenes encapsulado en un terreno de relaciones políticas.
La opinión de X. Andrade es que, más allá de las juras a la bandera de la libertad, lo que queda es la descarnada constatación de que aquí el rock no ha cambiado nada, ni tendría por qué hacerlo mientras imperen el silencio, el miedo y los sentidos restringidos de la democracia.
Chito (guitarra), Roberto (voz y bajo), David (batería) y Murdock (guitarra) componen La Demencia Extrema; una banda guayaquileña de hardcore que ya pasó los diez años de trayectoria y se ha ido del país dos veces para dejar su nombre grabado afuera.
Esta banda vive su música en el borde de la exageración. No gusta de hacer melodías ni en broma. Sus canciones son cortas y violentas. Sus integrantes se definen como un grupo totalmente urbano que no se limita a una tendencia ideológica específica, no comparte el abuso de poder y rechaza las injusticias.
Sus canciones son irreverentes y cargadas de duras críticas a la sociedad y a la política. Su mirada está cerca de la forma provocadora en que PJ escribía las revistas Censura y Comentarios de Pancho Jaime.
Roberto es un vocalista gritón, agresivo y provocador. No gusta del glamour y dice que prefiere estar lo más cerca posible del público. Su estilo no es para escenarios decorados, grandes y distantes. “Me encanta meterme al pogo con la gente, sentir su sudor y arrechera. Lo mío es participar del dato y no quedarme atrás como si nada estuviera pasando”, dice.
La Demencia tocó en 2009 en el QuitoFest, convirtiéndose en la primera banda guayaquileña en meterse en la historia del festival de música más importante del Ecuador.
7 de Brillo son Roberto Piolín Morla en batería, Wiapho Palma en la voz y los gritos, Emilio Santacruz en la guitarra y Triki Terror en el bajo. La banda cuenta con cuatro grabaciones en estudio y su música es una propuesta inesperada, loca e interesante.
Wiapho expresa que Guayaquil es una ciudad que ofrece enormes posibilidades para la creación musical, porque es una sociedad sumergida en un comportamiento extraño. Es consciente de que en cualquier esquina de la ciudad hay una historia alucinante que atrapa los sentidos y, por eso, piensa que un creador no puede estar al margen de aquello.
En los discos de 7 de Brillo están los rastros de una historia repleta de elementos absurdos. Títulos como Mala religión, La verdad sobre Abdón Calderón, La dimensión desconocida, El precio para ver a Dios, Día del Escudo y Pornografía robada sirven para alimentar la idea de una sociedad que tiene muchas cuestiones torcidas.
Cuestiones que Pancho Jaime remarcaba en sus publicaciones y sirvieron para penetrar en el pensamiento de la gente que se movía en la escena guayaquileña. PJ creció en Los Ángeles, EE.UU. Su vida como rockero, la única etiqueta bajo la cual decía sentirse identificado, fue paralela a sus inicios como periodista, primero de espectáculos musicales y luego, ya a mediados de los ochenta, de panfletos políticos.
Públicamente se presentaba como una mezcla entre un hippie y un intelectual de la clase obrera. Trabajó como lavador de platos, vendedor de periódicos y empleado de limpieza. En Guayaquil abrió los primeros bares de rock y creó Texaco Gulf, su propia banda. X. Andrade refiere que eran pésimos como músicos, pero presentaron un espectáculo innovador. La banda realizó conciertos que fueron promovidos por el propio PJ y otros improvisados empresarios que empezaban a emerger en Cuenca, Ambato, Quito y hasta Santo Domingo de los Colorados.

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