viernes, 16 de julio de 2010

Pasajero llegó cargada

Demo del 12 de febrero del 2010


Pasajero tocó pista sin aterrizaje forzoso los últimos días del diciembre anterior. Llegó desde Argentina, donde los felices integrantes de esta banda guayaquileña compartieron estudios musicales y vida.
La idea, por el momento, es quedarse en el puerto y producir su música. Quizás no haya retorno a las tierras del sur, aunque todavía tienen asuntos pendientes por allá. La banda sabe que lo importante está aquí. Conquistar la escena local es una asignatura pendiente que debe desarrollar con éxito.
El arranque inicial de Pasajero se dio en el despertar de 2007. Xavier Narváez (bajo, voces), Hugo Véjar (guitarra, voces) y Rodrigo Brañas (batería, percusión) se encontraron en Buenos Aires y formaron un power trío arropados por el rock progresivo y la psicodelia de los setenta.
Sin darle mucho a la charla inútil se largaron a construir su primer trabajo, un EP titulado Ahí nos vemos. Después llegó Kike Romero y fueron cuatro. Con esa formación realizaron algunas tocadas en 2009 y su nombre entró en los oídos del poco público de la escena alternativa local.
Al frente de Pasajero siempre están Narváez y Véjar, porque la mayoría de sus canciones son a dos voces. Luego se alinea Romero con el teclado, pero también suma otra guitarra. En el fondo está Brañas y su poder constructor en la percusión. No es poco. La banda hace música que puede despegar en cualquier momento, lo mismo descansar para luego aparecer con fuerza, que si agarra desprevenido a cualquiera, puede provocar un choque de emociones dispares.
El grupo dice que anda en buseta. Lo cual solo es una frase para avisar que el vehículo en el que viajan puede arrasar a cualquiera que no esté bien sentado. También sirve para que todos se suban al carro y compartan el rock progresivo, que es el refugio natural de Pasajero.
Alguno quizás encuentre pretenciosa la propuesta de esta banda que desarrolla composiciones que, generalmente, sobrepasan los cuatro minutos, y algunas se extiende fusionándose entre sí para alcanzar largas sesiones, donde la experimentación siempre es un elemento muy presente en su estilo.
El jueves 4 tocó en el Café Habano Diva Nicotina de Las Peñas y presentó algunas canciones nuevas en un show titulado En lista de espera. El clima no acompañó a la noche porque la lluvia ahuyentó al público. Sin embargo, Pasajero se dedicó a su música con la misma sustancia que le confiere a sus prácticas. La banda sudó como si hubiera estado metida en cuarto de ensayo, y no quedó en deuda con la gente que le pidió otra cuando llegó el cierre.
Compartir un ensayo aclara las dudas sobre los arreglos y la forma de tocar. Los músicos funcionan en un pequeño cuarto de la casa de Narváez. La habitación es simple y cuenta con unos pedazos de espuma para amortiguar los sonidos, dos micrófonos, un teclado, un ventilador de pedestal, dos guitarras, un bajo, batería y algunos amplificadores.
De ese cuartito salen canciones como Tiro fácil, Daltónicos, Canción demente, Hunde tus labios, Vestida de muerte, Carmesí, Ahí nos vemos y Ella no quiere parar; composiciones de pocas palabras, mucha instrumentación, rockeras, en ocasiones cobijadas por el jazz, pero bien tocadas.

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