Armada de Juguete no juega. Musicalmente son divertidos, pero nada más. La banda avanza con seriedad y se proyecta desde Guayaquil hacia el resto del país. Quito los recibe hoy por primera vez, y a decir de Julio Hurtado, guitarrista y vocalista fundador, el momento es el propicio, porque el grupo ya rodó suficiente por el asfalto del Puerto. Muchas noches quemadas y buena presencia de público en sus conciertos los avala; el último fue el Reggae Fest en la plataforma del MAAC.
Este encuentro masivo, donde compartieron con Ganja Roots, los quiteños Alma Rasta y el grupo portovejense Maconheiros, sirvió como termómetro para medir la calentura y respuesta del público frente a su música. Les fue bien y ahora desean irse de largo.
Ya están colocados en la autopista, donde lejanos se sienten esos días en 2004 cuando dos amigos, que patinaban en la zona norte de Kill City, y asesinaban las horas escuchando Sublime, ska y más punk, se juntaron para hacer una banda, que sobre todo, apostara por sus propias canciones y pusiera en consideración sus gustos musicales.
Julio Hurtado y Alfredo Morales en la batería, rebuscaron en el barrio y la universidad hasta que dieron con un bajista, le agregaron otra guitarra y se metieron fuerte al ensayo. El tiempo trajo los vientos con su trompeta y trombón; sumaron la percusión; los últimos en llegar fueron el saxofón y los timbales.
Con la alineación completa se adentraron en definir su estilo con una gran mezcla de ska, reggae, punk, con ritmos latinos y tropicales, donde le suman la calidez, la fiesta y algo del desorden guayaco, más cultura urbana, buscando crear melodías agradables que se queden prendidas mucho tiempo en la cabeza de la gente con buena vibra.
Parece más complicado de lo que resultó. Los nueve integrantes: Alfredo Morales en la batería, Julio Peña en guitarra, el trompetista Osvaldo Romero, Michael Wong en el trombón, Luis Sigüenza en saxofón, Javier Palau en los timbales, Daniel Peña en la percusión, el bajista Ángelo Cevallos y Julio Hurtado en guitarra y voces; ahora disfrutan del sueño.
Si bien es complicado juntar nueve espíritus para crear una armonía, Armada apuesta por la música divertida, sin violencia y tocada con profesionalismo.
Están orgullosos de tocar sus propias canciones y nunca van a renunciar a ellas, prefieren que los aplaudan o los abucheen, pero con su propia música.
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