jueves, 15 de julio de 2010

Ultrapescados y la última fiesta

Demo del 20 de diciembre de 2008


Esta es una nueva dimensión. Se juntan dos grupos para hacer una historia que ellos han inventado. No andan con modestia, ni falsa humildad.
Ultrapescados, dice que trae la última fiesta rock del año. Todo surge de los sueños y pesadillas De Ultratumba, con Omar Sotomayor, voz y bajo; Luis Rueda, guitarra y Chirstian Freire, batería; y Los Pescados con Nelson Coral, voz y guitarra y Juan Fernando Andrade, batería.
Un intento de este experimento, ya hubo. Meses atrás se reunieron en Diva Nicotina(escalón 10 del cerro Santa Ana) y pusieron la semilla, que Sotomayor y Andrade, reconocen como un germen del mal. Pero eso fue algo pequeño, una escaramuza que dejó un sabor con gusto a muy poco. La apuesta actual es para dejar todo claro, sin dudas. Para que Guayaquil sienta el poder del rock manaba y guayaco en una amalgama sin miedo.
Sotomayor considera, entre risas, a este ataque, de buena desgracia. Y entonces las palabras no alcanzan para explicar la trascendencia de la expresión.
Volverán los acordes que harán retumbar las empedradas callejas del barrio Las Peñas; el público que los sigue desde Los Sauces cuando era 1996; también el punk sin tregua que dice presente en canciones imperdibles, deliciosa y maliciosamente ridículas, que son el sello de Ultratumba; y las frases cargadas de ironía y desparpajo. Como por ejemplo cuando dice: “Para qué quiero yo este tonto público”. Y Sotomayor sabe que él no es de melancolías; porque no se detiene a pensar en buenas maneras, ni apuesta por lo políticamente correcto. Porque a sus panas los botan de las fiestas, sueñan con un Papa negro, quieren matar al padre de la novia, dicen que la chola es linda y bailan por un par de cervezas bien heladas.
Del lado de Los Pescados la cuestión reposa en las simpatías que despierta Ultratumba. Coral y Andrade saben que juntos los grupos conducen todo hacia una fiesta sin fin. Y les gusta. Sotomayor dice en sus canciones cosas que nadie se atreve a decir, no se reprime, eso lo hace ser parte de todos, y el mensaje llega con fuerza. Los Pescados son más reposados, pero no ingenuos. Coral es el cantante y pone en boca de sus seguidores letras mordaces y agudas como en Virus, Reina, Negocio o El muerto. Letras respaldadas en un sonido de garaje y primario, sin adornos, ni colorantes artificiales para enriquecer su propio sabor.
Las cosas están claras en ambos grupos. La unión es para provocar a partir de estilos diferentes, pero con el convencimiento de que el rock es una cosa que no hay que tomarse en serio porque puede conducir a la ruina. También con la convicción de que el rock no va a cambiar nada, sin embargo, está ahí para hacer la vida divertida y amena.
Andrade dice que, sin duda, son el lado B de cualquier disco. Coral opina que esta fusión es necesaria, y que habrá más proyectos. Sotomayor solo quiere tocar y pasarla bien, despedir el año haciendo música junto con sus amigos y panas. Tiene la certeza de que nadie los botará de la fiesta, porque esta les pertenece enteramente a ellos. El público sabrá decir si es así, o si solo será un intento más.

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