Guardarraya tiene su refugio en su propio nombre y en el estilo intimista del cantante Álvaro Bermeo, bien respaldado por la guitarra de Mateo Crespo, el bajo de Franco Aguirre y la batería de Andrés Caicedo. Ellos dejaron de ser proyecto hace rato y ahora estrenan producción con el disco Quitarán di áhi; exactamente como está escrito, no se trata de una equivocación.
Un nombre que representa una expresión, como dicen ellos, “recontra serrana”. Bueno, está claro que a este trabajo los músicos le han metido harta sal, mote, chocho, haba y papas con cuero. Por supuesto que también contiene otros elementos que harán las delicias de sus seguidores, y pondrá a Guardarraya en la visión de aquellos que hasta este momento desconocen la existencia del grupo quiteño.
Quitarán di áhi contiene trece temas, y aquí no hay noticias de mala suerte, ni supersticiones. Mi niño, Me fascina, Abre los ojos, Hombre cuerdo, Te recorreré, Lero lero, Los arias, Frankly Flyod, Te zumbo, Caperucita, Mani cris, Pobre animal y 1537. El que abre todo es Mi niño y ahí Bermeo dice: “No te mueras mi niño que te necesito travieso, no te mueras mi niño que solo sin ti yo no quiero, no te alejes mi niño que te necesito preguntón, no te alejes mi niño que te quiero alegre y tragón”.
La música de Guardarraya descansa sobre la guitarra electroacústica de Crespo, donde permanece limpia y sin excesivos e innecesarios decorados. Es una mezcla de música visceral, urbano popular con algo de mestizo y alternativo; hecha con las entrañas, en estado natural y semisalvaje, que en ocasiones no perdona y mete palabras fuertes para que los que escuchan comprendan el mensaje y no haya confusiones. Cualquiera que haya estado cerca de Bermeo reconoce que este tipo lo dice todo con sutil ironía, sus palabras son: “Todo claro mi jefe”.
Lo de esta banda es sólido, original y personal. Suena a Guardarraya y nada más, para sus integrantes es sonido ecuatoriano respaldado en el aporte de la quena de Bermeo, quien de vez en cuando también pone guitarra acústica con suficiencia. Sucede con algunas bandas, y este es el caso, de que la voz del cantante viva asociada indefectiblemente con el estilo musical propuesto.
El baterista Andrés Caicedo dice que para él es imposible imaginar al grupo sin la voz de Bermeo. “Él es mi hermano y ninguna circunstancia puede hacer que nos separemos. Esta banda es su familia”, afirma.
Mordacidad y provocación constituyen elementos permanentes en las canciones en Guardarraya, donde lo subterráneo también tiene una enorme carga que bien puede ser psicológica. El grupo maneja acertadamente la ironía y la broma, la provocación administrada con sutileza, desparpajo e inteligencia, sin portarse pesado ni caer mal.
Quitarán di áhi fue grabado en Quito y masterizado por Dave S. Gardner en Magneto Mastering de Minneapolis, Estados Unidos. Contó con la colaboración de Daniel Pasquel en guitarra eléctrica, Antonio Cepeda puso el requinto en el tema 1537, Santiago Pages aportó fraseo de voz en Lero lero y el negro Minda metió sus congas mágicas en Mi niño. El resultado es un material de calida y sensibilidad que busca hacer nido en los sentidos de quienes se acerquen a disfrutar el trabajo de Guardarraya.
El grupo, que fue reconocido como la Mejor Banda Alternativa en los premios Mis Bandas Nacionales de 2007, también compartió con Can Can en el Teatro Bolívar de Quito en agosto de 2007; de aquella experiencia quedó el DVD donde se documenta el espectáculo bautizado como La boda del año. Pero para 2009 lo que Guardarraya desea imponer es su Quitarán di áhi. Salud señores.
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