domingo, 18 de julio de 2010

Micrófono Sordo sí oye

Demo del 12 de marzo de 2010


Sebastián Pita, guitarrista de Micrófono Sordo, asegura que todo comenzó en Los Olivos, en el norte de Guayaquil. El vocalista Mauricio Ayora está de acuerdo con esa afirmación porque ambos le dieron forma a la idea inicial de esta banda a la que luego se sumarían Miguel Gallardo en la batería, y Fernando Torres en el bajo.
En la historia está escrito que el grupo se llamó El bigote de Dalí por muy poco tiempo. Después de barajar algunos nombres, al final quedó establecido Micrófono Sordo a partir de una canción escrita por Ayora.
Una llamada de Pita a Ayora fue suficiente para convencerlo de hacer una banda. Ellos cuentan que a los diez minutos ya estaban matando ideas sobre las canciones, y que pasaban las horas en el parque de Los Olivos devorando música. Con la formación completa crearon su primera canción en el ensayo inicial.
Esto sirvió para convencer al cuarteto de que estaban en camino.
Pita dice que Micrófono Sordo como banda es la expresión de que no todo siempre es como debe de ser, que las cosas no siempre tienen que ir en el orden en que uno espera, o tal vez si lo esperas te sorprendan por la forma en que están construidas.
“Cuando compongo una canción espero sorprender con la forma en que se desarrolla la canción mientras pasan los minutos. Es como un sube y baja con intensidad. Es como una película que quiero se desarrolle en el punto necesario”, dice Pita.
Esto es en lo que respecta a la música, porque de las letras se encarga Ayora; aunque en el momento de la composición final siempre están los cuatro analizando lo que más conviene.
Uno de los aciertos de la música de Micrófono Sordo es que tiene personalidad. Si bien algunas canciones beben de influencias modernas, su trabajo es refrescante y pide pista particular en la escena alternativa guayaquileña. Sus composiciones son descomplicadas, pero no minimalistas. Contienen los elementos necesarios para que el público maneje el mensaje sin necesidad de recurrir a un libro para comprender.
La base está en seis canciones: Componiendo mi disfraz, Como en la tierra, Radio de bolsillo, Instrumentos, Desorientada y El baile de todos mis días. Todas hechas con un lenguaje propio donde Ayora recurre a la poesía, ya que él disfruta mucho la lectura, un poco de punk y, por supuesto, rock de la vieja escuela.
Pita reconoce que el cine es su gran influencia para componer. Es como si visualizara la música y en cada canción prueba formas diferentes de ordenarlas. “Me gusta cómo me encontré con la música. Cuando era pelado y hacía los deberes mi hermano Ricardo siempre estaba tocando, porque tenía un grupo que se llamaba Ave, ahora lo hace con Niñosaurios. Todos mis hermanos tocan guitarra, crecí con una guitarra al lado”, dice Pita.
Para Ayora existió alguna vez el dilema entre el deporte y la música, pero después gano la música y en eso está concentrado. “La música es completa para mí.
Salgo, me divierto, me gasto la cabeza creativamente, me abro totalmente, es algo demasiado desequilibrante”, cuenta, aunque confiesa que nunca estudió nada de música.
Desde la llamada estuvieron seguros del grupo. Pita estaba desesperado por tocar, y a pesar de que ninguno conocía a Torres, en el primer ensayo todo encajó como deseaban. Ahora están concentrados en el plan de grabar un disco con buen sonido, y bien producido. Andan sin prisas y sin desesperación porque no quieren sonar de mala forma. Pretenden crear un espacio para mover su música profesionalmente.
Por eso gastan el tiempo trabajando en la estructura de las composiciones ya que no quieren parecer improvisados. Esperan sacar un EP con diez temas para que sus seguidores puedan disfrutar del disco físico.
“La gente pide canciones inéditas, aunque a algunos les gusta el cover, pero pesa más cuando son inéditas y te provoca emociones. Yo admiro a los ‘manes’ que sacan algo suyo y se atreven con su propia música. Tocar es como desnudarse delante del público, porque te estás entregando totalmente”, dice Ayora.
El panorama está creciendo, solo hay que esperar hasta ver adonde llega. “Creo que a la gente le gusta ver y escuchar a la vez. Estamos pensando que a partir del disco podemos ofrecer algo visual, porque a muchos les interesa ese tema”, finaliza Pita.

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