viernes, 16 de julio de 2010

SpeedHarmony a escena

Demo del 13 de junio de 2009



SpeedHarmony algún día se llamó Sidarta y Dark Space. De aquello queda solo el recuerdo. La banda admite influencias de Helloween (Alemania). Persigue su propio estilo entre la velocidad y la armonía, pero se apoya en el speed metal, que es un subgénero del heavy metal, originado entre finales de los 70 y comienzos de los 80 a causa de la influencia de los ritmos rápidos del punk en el heavy metal tradicional.
Bandas como Helloween, Gamma Ray o Blind Guardian (Alemania) incidieron en su aspecto más melódico y en las letras de corte fantástico. Los primeros álbumes de estas bandas, como Walls of Jericho (Helloween) y Battalions of fear (Blind Guardian) son un claro ejemplo de la evolución del speed metal hacia el power metal.
SpeedHarmony define su estilo como speed power metal. Los fundadores son el baterista Jonathan Izquierdo y el guitarrista Luis Del Valle. Ellos se conocieron en la Unidad Educativa Academia Naval Almirante Illingworth, donde compartieron afinidades musicales. Ronald Benavides, amigo de barrio en Los Sauces, se juntó para completar la base. Más tarde llegó Álex Ulli, quien participó en un festival de glam con Izquierdo, para matizar con su voz.
Adrián Jaramillo (bajista) también fue un apoyo en los primeros tiempos de tocadas de covers, especialmente de Metallica (EE.UU.), y los conectó con Christian Terán, del grupo Garckus, quien al final se quedó como bajista titular. Esta formación sobrevive desde 2008. Pero antes, cuando no había tocadas, los integrantes rumiaron noches y días repartiendo volantes solicitando un bajista de suficiencia y personalidad, que reconocen hallaron en Terán.
“Nuestra influencia es la vida. Queremos crecer como músicos y llevar nuestra cultura a lo alto, y que la gente escuche nuestro mensaje de reflexión como los otros grupos de heavy metal y rock. No somos alcohol, ni droga; es pasión por la música y respeto a la sociedad”, dice Del Valle para explicar la esencia de la banda guayaquileña.
La mayoría de las composiciones es de Benavides. Él se apoya en el power y crea su música a partir de compases, de tiempos y escalas, hace sus propias tablaturas, pero no lee partituras. La lírica le pertenece a Álex Ulli. Debido a sus ocupaciones de estudio y trabajo sacrifican los fines de semana para ensayar y desarrollar su música.
SpeedHarmony anda en busca de grabar su primer demo, para esto tiene cinco temas: Intro instrumental, Débito infernal, Injuria, Asesino del monte real y Cáliz de tu sangre, que ya son de la aceptación del público. La banda aclara que su trabajo no tiene nada de satánico. “Solo es falta de información, dice Benavides. “La gente tiene una percepción en función del sonido y de los gritos que acompaña la música. Aquí no hay cachos ni escenarios diabólicos”.
“El estilo no hace a las drogas, ni las drogas al estilo. Hay personas que no están involucradas en la música y son drogadictas. El rock no tiene nada que ver en eso”, dice Izquierdo. Para ellos existe falta de cultura. “No importa cuál es el medio para llegar a tu meta. Nosotros tratamos de sentir y aportar con la música. Otros utilizan herramientas diferentes”, concluye Benavides.

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