jueves, 15 de julio de 2010

NoToken, 17 años en serio

Demo del 06 de septiembre de 2008


Llevan 17 años en la carretera dándole con todo al hardcore. Son de una época en donde no había difusión en internet y sus tocadas las promocionaban mediante cartas.
Han publicado tres discos oficiales, pero hay un montón de casetes que no figuran en ninguna lista. Para sus rastros dejan un vinil editado por Chivolo discos, tres compactos: Diez años, De tin marín de do pingué y Token nomás, trabajo de 2006 en vivo, que incluye el primer demo del grupo, cuatro casetes reconocidos, y diversas recopilaciones.
La banda surgió luego de que sus integrantes salieron del colegio. Los originales NoToken eran Carlos Avilés en las voces, José Luis “El Tallo” Mancero en el bajo, Gabriel Ávila en la batería, y Julio Salame en la guitarra.
Ávila y Mancero estudiaron juntos; Salame y Ávila y son amigos de barrio desde los nueve años; las calles Pedro Moncayo y Capitán Nájera eran su lugar de encuentro. Siempre tuvieron inclinación hacia el rock y se mantuvieron conectados con la movida tocando hardcore con influencia punk. Pero antes de ser NoToken mataban las noches con los españoles Ilegales como banda de cabecera y Soda Stereo cuando querían pasar un rato más tranquilo.
Sin embargo, siempre anhelaron tocar fuerte. El nombre de la banda surgió en una noche de celebración que se convirtió en madrugada pronto. El relato es de Salame. En 1991 los invitaron a tocar en el Club de Leones de La Alborada. Se reunieron la noche antes para celebrar lo que sería su primera tocada, pero aún no tenía nombre. Así se pasaron hasta las cuatro de la mañana y decidieron irse a dormir; entonces un amigo les dijo: “mejor sigamos de fiesta y mañana no toquen”.
Salame recuerda que dijo: “Buen nombre, así no sabremos si la gente nos dice: no toquen o Notoken”.
Era el 16 de junio de 1991, y las estrellas del concierto eran los grupos Demolición y Murano. Ni siquiera los querían dejar entrar y nadie creía que eran músicos invitados ya que no usaban ni camiseta negra. La gente respondió bien con el tema Mosh bandera; desde ahí les entró el bicho de querer seguir por toda la adrenalina y la emoción que sintieron. Al mes ya estaban tocando en Quito.
NoToken es música sencilla pero muy agresiva, repleta de gritos, ruidosa y distorsionada. Muchas de sus canciones están basadas en experiencias personales de los integrantes, que recalcan que el secreto para mantener una banda durante 17 años es la tolerancia y la paciencia. Reconocen que hay gente que los detesta porque no son monedita de oro para que todos los amen. Son concientes de su realidad, y aceptan que el grueso de sus seguidores está en la sierra.
Los actuales NoToken son José Chivolo en las voces, Daniel Malvadín Salame en el bajo, Gabriel Ávila en la batería y Julio Salame en la guitarra. Juega a su favor que desde sus inicios aparecieron con un estilo definido: tocar hardcore con sus vertientes punk y ruido. No se consideran virtuosos en el manejo de los instrumentos, pero todas sus tocadas las toman con respeto e importancia. En 17 años han compartido con todas las bandas de Guayaquil, muchas del Ecuador, y un considerable número de grupos extranjeros. Han llevado su música a Perú y Colombia. “Allí tenemos una aceptación del carajo. Hemos suspendido dos viajes porque no coinciden con nuestra disponibilidad ya que todos trabajamos”, dice Julio Salame.
Desde el 27 de abril pasado en que compartieron tarima con Obituary (EE.UU) en el Coliseo Rumiñahui de Quito y tocaron frente a 12.000 personas, no se han detenido. Pasaron por Cuenca, Riobamba, Ambato, Guaranda, Machala, Pasaje, Daule, pronto estarán en Portoviejo y Milagro. Para ellos es diversión pura estar sobre el escenario, pero musicalmente son serios y profesionales. La gente los sigue y los tiene como referencia.

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