jueves, 23 de diciembre de 2010

Ellos no son un prototipo

Demo del 15 de octubre del 2010


Hay que observar a Esputo Catatónico. Nada parece destruir ni conmover al trío que forman Manuko, Javier y Juan; así, sin apellidos. ¿Para qué más? Con ellos no hay adornos, solo punk del verdadero y con la actitud que ello implica, y rock, mucho. Casi todo lo demás sobra, molesta y estorba.

Las fechas no importan. O mejor dicho, “a eso no le paran bola”. Los escenarios tampoco. Sin embargo, hay una historia que empezó en Guayaquil, tal vez, a finales de 2004 o comienzos de 2005. Ellos dicen que todo arrancó con Manuko en voz y guitarra, Javier en el bajo y Juan en la batería. “Así tiramos nuestro esperma bucal en su momento”, confiesan. En medio hay un tiempo donde Manuko y Javier se conocieron desde niños -cuando tenían cuatro años- y compartieron alcohol, fiesta y desorden, que no solo sirve para la anécdota; fue un tiempo de aprendizaje y definición.

Una época para acercarse a La Polla Records y Eskorbuto, grupos punk del País Vasco español que marcaron el juvenil cerebro de estos tipos que luego se hicieron músicos. “Empezamos a escuchar el punk berraco y con harta fuerza. De ahí sacamos nuestra primera canción que se llama Sangre coagulada”, recuerda Javier.

Pero en justicia hay que aclarar que ellos querían hacer un grupo parecido a 2 Minutos de Argentina. Al inicio Javier tocaba la guitarra, Manuko quería la batería y Juan otra guitarra. La aventura siguió con un órgano al que le metían efecto de batería y una guitarra de palo; con eso hacían ruido.

Juan dice que desde la primera vez que se sentó a repartir golpes en la batería, comprobó que ese era su instrumento. Empezó sin saber absolutamente nada y luego le pidió a sus padres que le compraran una. La familia siempre lo apoyó.

Al principio nadie les prestaba atención, incluso los despreciaban. Reconocen que tocaban horrible, bien feo. “Éramos unos pelados con bastante resentimiento. Después del colegio nos íbamos a cantar en los buses para conseguir dinero para el trago”.

Este es el grupo que canta: “La delincuencia está planificada. La delincuencia no está armada. La delincuencia está uniformada”, en el tema Devastación.

También hay otros títulos para investigar: Puta vida, Degenerar, Víctimas, Nos inyectan, Cráneos reventados... una colección de la que, por supuesto, Esputo Catatónico está orgulloso.

Antes del nombre actual se llamaron Ver-Sacrum. Ensayaban en la casa de Juan. “Aquello era un desastre... pero muy elegante”, ríen a carcajadas. “Sin ninguno tener la más puta idea de cómo diablos tocar. Haciéndolo por necesidad. Necesitamos escupir la mierda que pensamos”, expresan.

En 2007 llega alguien a quien llaman Pedro; él se encargó de la segunda guitarra y compartieron algunas tocadas. Luego se va por un tiempo debido a circunstancias que no les interesa contar. Regresa en 2008 y el asunto se disparó sin control.

Lo dicen ellos: “Así, juntos, estos cuatro malparidos escupen su odio, morbo, adicciones y enfermedades. Somos los mismos que en 2009 por prostitución de aquellas palabras, las cuales no pertenecen a nadie, y deciden cambiar el nombre”.

Esputo Catatónico vive y toca punk. Descarga sus terribles ideas con fuerza. Musicalmente es un grupo donde no hay mucho para analizar. En su sencillo y casero demo, que se llama Entre détritos y basofias, se encuentra parte de lo que representa este grupo. Allí nada es complicado, ni los arreglos ni las letras. Lo único arriesgado es meterse en el mundo que propone.

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